Un vecino desaparece sin dejar rastro, solo un domicilio abierto, las ventanas rotas y un rastro de sangre hasta un rio cercano. El único sospechoso es otro vecino, con el que discutió días antes.
La Guardia Civil investigó y concretó que, el vecino enemistado fue autor de la desaparición y lo condenaron a 10 años de cárcel por HOMICIDIO. Tras una década en prisión, entró al bar del pueblo, con la sorpresa de que, allí estaba su presunta víctima, vivo ... impotente pensó ... "10 años en la cárcel por un crimen que no he cometido... si lo cometo ahora ... ya he pagado mi condena".
Planeó el escenario quedando exactamente igual que cuando lo inculparon a él, el domicilio abierto, cristales rotos y el rastro de sangre hasta el rio, esta vez todo real. Fue a la Guardia civil y contó todo lo sucedido (pensó: nada puede pasarme). Tras un breve juicio, fue condenado a 20 años de cárcel. Con sorpresa dijo a su abogado: "¿Otra vez? ¿Cómo es posible? … ya he pagado mi condena" … a lo que replicó el abogado:
"La primera vez te condenaron por Homicidio, esta segunda vez ha sido por ASESINATO … la primera vez todo fue un posible accidente, la segunda vez … lo planeaste y calculaste al milímetro ..."
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